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FLAMPA Gades, en un escrito dirigido a la Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE) y a la Delegación Territorial de Desarrollo Educativo en Cádiz, ha detallado hasta 14 categorías de incumplimientos de contrato por parte de la empresa Servei D’Apats, del Grupo Mediterránea, en la prestación del servicio de comedor en 12 colegios públicos de Cádiz capital. La FLAMPA solicita a la APAE que abra expedientes de penalización contra la empresa contratista y que no se permita la concurrencia de las empresas del Grupo Mediterránea a nuevas licitaciones del servicio público de comedor escolar por falta de solvencia técnica.

Los incumplimientos mencionados en la denuncia, tipificados en su mayoría como graves o muy graves, cubren todos los ámbitos de actividad del servicio, desde la elaboración de la comida hasta la gestión del tiempo de ocio en el comedor. Entre los problemas señalados se encuentran la insuficiente cantidad y la falta de calidad de la comida servida, el elevado rechazo de los platos por parte del alumnado, el incumplimiento de ratios de cuidadores, la deficiente información a las familias y el boicot a los mecanismos de participación de las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA) en el control de la calidad del servicio.

Es particularmente grave que, de forma sistemática, la empresa haya estado distribuyendo a los centros menos comida de la que debería. Se han detectado mermas de entre el 15% y hasta más del 50% de la cantidad total de algunos platos respecto a la que debería haber para el número de comensales presentes. Estos cálculos no son una estimación de las AMPA, son datos de los informes del Plan EVACOLE (Evaluación de la Oferta Alimentaria en Centros Escolares de Andalucía), elaborados por personal funcionario de la Consejería de Salud y Consumo. Según FLAMPA, la reiteración en el incumplimiento de los gramajes demuestra que se trata de un método planificado e intencionado de la empresa adjudicataria, que persigue aumentar el beneficio industrial a costa de la calidad del servicio.

Esta merma de comida suministrada tiene consecuencias especialmente graves en el caso del alumnado incluido en el Programa de Refuerzo de la Alimentación Infantil (PRAI), que atiende las necesidades de alimentación básicas de los niños que se encuentran en una situación de exclusión social o en riesgo de padecerla. Si este alumnado sale con hambre del comedor, es posible que no pueda compensarla comiendo en casa, como hace la mayoría del alumnado.

Por otro lado, el rechazo de los platos, es decir, el porcentaje de cada plato que el alumnado no se come, es muy elevado en algunos casos, debido a un cocinado inadecuado o a un aspecto poco apetecible. Según las evaluaciones del Plan EVACOLE, platos de ensalada, pescados, legumbres o verduras presentan a menudo rechazos por encima del 50%. La empresa tiene la obligación de modificar el menú cuando el rechazo supera dicho porcentaje y no lo está haciendo. Ni siquiera aplica el procedimiento de cálculo, que consiste en pesar la comida servida antes y después para comprobar cuánto se ha consumido realmente. La merma en la cantidad de comida servida y el elevado rechazo de algunos platos explican una de las principales quejas de las familias, que con frecuencia reportan que el alumnado sale con hambre del comedor.

Mediterránea ha incumplido además varias de las mejoras que ofertó y por las que consiguió adjudicarse el contrato. La aplicación móvil de información a las familias comprometida nunca ha llegado a existir en los cuatro años de vigencia del contrato. Tampoco las comisiones de seguimiento, formadas por dirección, AMPA y empresa, que tendrían que haberse reunido mensualmente, han llegado a celebrar más de dos o tres reuniones en cuatro años por la negativa de la empresa.

Para FLAMPA Gades, más allá de los incumplimientos de contrato por las empresas adjudicatarias, el problema del servicio público de comedor escolar radica en que la administración educativa ha apostado por sustituir las cocinas tradicionales de los centros escolares, donde la comida era cocinada cada día por personal propio, por un servicio prestado por empresas que fabrican y distribuyen menús a gran escala. Según la ONG Justicia Alimentaria y la Confederación Andaluza de AMPA por la Escuela Pública (CODAPA), solo seis empresas acaparan la gestión del 72% de los 1.500 comedores escolares existentes en Andalucía bajo la modalidad de catering.

El nuevo contrato del servicio público de comedor escolar que está licitando actualmente la APAE profundiza aún más este modelo, con lotes aún más grandes. Los colegios de Cádiz capital pasan de estar en un lote conformado por 19 centros en el anterior contrato, a un lote de 48 colegios en el nuevo contrato. Las pequeñas y medianas empresas locales de restauración colectiva, que podrían ofrecer un mejor servicio, no tienen ya ninguna posibilidad de participar en estas licitaciones.

En contraste con ese modelo, tres colegios de Cádiz, los CEIP Gadir, Santa Teresa y Josefina Pascual, mantienen cocinas tradicionales en sus instalaciones, donde la comida es cocinada cada día por personal de la Junta de Andalucía. La diferencia de calidad de la comida ofrecida en estos comedores con los gestionados por las multinacionales del catering es considerable.

FLAMPA Gades reclama un cambio radical de rumbo en la alimentación escolar, recuperando las cocinas en los centros escolares gestionadas y atendidas por personal propio, que aleje a las multinacionales del catering de algo tan importante como la alimentación de los niños. Según la organización, recuperar el carácter público del servicio de comedor escolar es lo único que puede garantizar su calidad y sostenibilidad.

 


 

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