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Decía Celtas Cortos y con mucha razón "Cuéntame un cuento y verás que contento me voy a la cama y tengo lindos sueños", una muy sana costumbre que se está perdiendo por culpa de televisiones y plays en dormitorios y padres/madres trabajando hasta tarde. En el niño la lectura de cuentos por parte de un adulto supone crear un hábito, un entretenimiento y en los más pequeños ayuda a fomentar el habla. Todos los programas educativos de los colegios incluyen sus horas de lecturas y su biblioteca de cuentos. En el niño a medida que lee solo, va a aumentar su vocabulario, estimula su imaginación, favorece la agilidad mental, la memoria y la concentración.

Pero para ello tenemos que "sumergir" al menor en el emocionante mundo de la lectura y atraerlo para que sienta interés y curiosidad. En la etapa pre-lectora es necesario una lectura a cuatro ojos, es decir, en compañía de un adulto. Al niño a esta edad le va a servir para ayudar a afrontar miedos, frustraciones, emociones y comprender un mundo adulto que ahora es grande e incomprensible. Sin duda hasta los tres años el menor no hace un aprendizaje consciente sino que lo absorbe todo y aprenden de todo. Los cuentos además tratan situaciones conflictivas, responden a temas que los mayores suelen evitar y hace por tanto una acción curativa de determinados problemas que representan dudas e inquietudes en ellos. Así hay libros que tratan la adopción, los celos, la separación de los padres/madres o las enfermedades entre otros temas.Las editoriales se han acercado al menor creando un fantástico surtido de posibilidades en los cuentos, así tenemos pequeños cuentos en cartón duro, cuentos con sonidos, pop-up (cuentos con solapas desplegables o móviles), cuentos con olores y álbum ilustrado buscando el inicio en la novela.

Los libros avanzan a medida que el menor crece y acompañan e ilustran los intereses en su vida. Adaptan sus soportes, los contenidos e incluso los tamaños trabajando en dos planos muy importantes: la ficción y el conocimiento por lo que enriquecen su imaginación y su curiosidad.Para elegir un libro hay que tener en cuenta distintas áreas como la identificación del lector con el protagonista, adecuar los contenidos con la edad, la competencia lectora y las experiencias que dicho cuento puedan despertar en el menor (hay libros que incluso ayudan al momento del baño). Hay que dejar que elijan su lectura porque les va a motivar aún más y pensar que si no termina de leer el cuento, sea porque a lo mejor se equivocó en la elección. La lectura les ayuda a crecer, pasar un buen rato, pensar, reflexionar, aprender, viajar, conocer otra forma de pensar, afirmar la personalidad, relajar tensiones, informarse, etc...

El lugar de lectura también es importante y es aconsejable que los niños lo asocien a relajación y entretenimiento con una serie de cualidades como: buena iluminación preferible con luz natural, libros siempre cerca y al alcance de los menores para que ellos lo puedan coger en cualquier momento y a ser posible que muestren la portada y les atraiga con solo un vistazo, un asiento cómodo para leer, crear rincones mágicos que les atraigan en la casa y a gusto del menor. Todavía recuerdo aquella famosa frase que decía: "Si te gusta la aventura, lánzate a la lectura"

No sé ustedes pero con este artículo me he convencido hasta yo y después de las extra escolares me voy a la biblioteca del matadero con mis hijos a que elijan cada uno dos o tres cuentos y ya de paso voy yo también a llevarme algún libro que no sea de medicina.

Dr. Fernando Arévalo Rosado
Médico de Atención Primaria
N°colegiado 111108133

 

 


 

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