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turistas 12082021

El colectivo Calle Viva vuelve a escena para denunciar que "Cádiz se está convirtiendo en un resort turístico con la complicidad de las fuerzas de izquierdas, que llevan más de un año sin 'mover ficha'".

Lo hace a través del siguiente comunicado remitido a Portal de Cádiz:

Ni la alarmante emergencia habitacional que sufre la ciudad ni los conflictos vecinales provocados por los alojamientos turísticos han puesto freno a este frenesí. La turistificación, causada en estos últimos años por un turismo masivo, descontrolado e invasivo, ha desnaturalizado nuestros barrios convirtiéndolos en parte de un resort para el disfrute de sus clientes frente al descanso y vida de las vecinas y vecinos que los habitan.

Durante la pandemia estuvimos denunciando y anticipando este boom turístico dada a las complicaciones de la población autóctona de adquirir una vivienda y a la fuerte inversión de especuladores para la venta de viviendas lujosas con piscinas en barrios obreros como El Mentidero y un sinfín de licencias para Apartamentos Turísticos. Desde la fundación de Calle Viva, en 2018, hemos puesto sobre la mesa el problema del actual modelo turístico así como el problema que genera “el boom de las estancias cortas” en nuestra ciudad y hemos pedido y presentando al consistorio gaditano una serie de medidas como una tasa de basuras o agua específica para las Viviendas con Fin Turístico y una moratoria firme para no llegar al punto en que se encuentra la ciudad en este momento, que es algo que llevamos previendo desde entonces. Hartos del juego partidista que lleva el Ayuntamiento de Cádiz y el PSOE local -que tienden más la mano a los inversores que a la ciudadanía- desde hace 13 meses para frenar las VFT y los AT, hace más bien que actúen como verdugos que como vehículo de solución por sus nulas políticas hacia esta problemática, que ahoga a la ciudad día tras día y que muchos y muchas de cierto sector conservador niegan, poniendo por encima de todo sus propios intereses y promoviendo la expulsión de la comunidad vecinal de la ciudad. Un año y un mes después del fatídico pleno estamos en peor situación, no podemos esperar más tiempo a que se tomen las medidas oportunas y si nadie lo remedia, las 1828 VFT registradas a día de hoy, se duplicarán en los próximos años con la complacencia de dos partidos -Adelante Cádiz y Partido Socialista- que llevaban medidas programáticas para limitar este tipo de alojamientos en sus programas electorales y que son papel mojado que nunca nos hemos creído. Siempre ha sido “extrema necesidad” el intervenir contra el crecimiento descontrolado de Viviendas Turísticas y Apartamentos Turísticos, y después de tantos meses de espera, en esta cuestión van muy tarde y el proceso se ha realizado de mala manera.

En este sentido, al hilo de las tristes y dantescas noticias aparecidas en la prensa local -que vuelven a poner sobre la mesa la situación negativa de la ciudad en diversas materias, entre ellas la turística- que hacían referencia a la descontrolada proliferación de Viviendas con Fin Turístico y de que hay barrios del Casco Histórico desde los que se denuncia la existencia de alojamientos turísticos que son ilegales, hace que la indignación inunde a decenas de personas, que están sufriendo la presión de sus propietarios y propietarias para su desalojo y subirse al carro de este tipo de turismo o simplemente porque ven que el Cádiz que han conocido está abocado a la muerte. Una indignación que se convierte en tristeza al caminar por las calles de Cádiz y ver como se está perdiendo la idiosincracia, el comercio o la vida de barrio y que se está sustituyendo por escuchar el ruido de las ruedas de las maletas, las molestias de los pisos turísticos o la falta de respeto de quienes nos visitan hacia quienes nos dejamos la piel en defender y proteger nuestra ciudad. Una indignación que repercute en las cientos de familias que tienen que mudarse, obligadas, a municipios colindantes para poder emprender un proyecto de vida porque aquí es imposible alquilar un piso a un precio asequible o la de las múltiples trabajadoras y trabajadores en busca de un empleo digno en una ciudad que se ha cerrado a la industria y apuesta solo por el monocultivo turístico. Pero el problema está en que muchos y muchas se han sentado en la zona de confort y prefieren el modelo turístico del ladrillazo, el de la precariedad, el insostenible que el modelo que proteja a las ciudades y busque alternativas para reflotar el sector industrial desde una perspectiva sostenible. Tenemos que vivir pero no a cualquier precio ni circunstancia.

Y seamos realistas, la ciudad de Cádiz no está preparada para este turismo desbocado y mal gestionado por sus límites geográficos, ponerle la alfombra roja a estos inversores para que acaparen el parque inmobiliario de la ciudad es comprarle un ticket de ida a muchas familias para que dejen de vivir en Cádiz.

 


 

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