Hace dos meses, el gobierno de España y la oposición pactaban la tan ansiada renovación de determinados órganos constitucionales del Estado; Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas, Defensor del Pueblo y la Agencia Española de Protección de Datos. Hasta entonces, nadie había caído ni prestado atención en esta autoridad de control, desconocida por muchos ciudadanos y conocida más por aquellas personas relacionadas con la materia.
Con ese anuncio de renovación, se “abrió la caja de pandora”. Se suele utilizar dicha expresión cuando se quiere dejar claro que algún acto realizado, que se realiza o por realizar va a traer consecuencias negativas o conflictos. En parte, es lo que está trayendo esta renovación. Pero debemos dejar claro que ha traído un conflicto artificial e innecesario al interpretar torticeramente el procedimiento determinados profesionales de la materia.
El proceso de designación de la Presidencia y Adjuntía de la AEPD queda recogido en los artículos 19, 20, 21 y 22 del Real Decreto 389/2021 por el que se aprobó el nuevo Estatuto de la Agencia Española de Protección de Datos. Evidentemente, los candidatos/as que se presenten deben ser personas relacionadas con la protección de datos personales. Se parte de esa lógica. Además, se deberá acreditar que las personas que se presentan son de reconocida competencia profesional, sobre la base del mérito, la capacidad, la competencia y la idoneidad. La idoneidad de las personas candidatas exigirá que su independencia, conducta intachable e integridad deben estar fuera de toda duda. Creo que es un criterio que está bien definido y del que se está haciendo un uso bastante demagógico en las últimas semanas.
Me explico. El mismo día que se acordaba el anuncio de renovación de la AEPD tanto gobierno como oposición anunciaron las personas que habían pensado para dichas responsabilidades. En el caso de la presidencia sería Belén Cardona y en la adjuntía sería Borja Adsuara. Ese día, muchos medios de comunicación anunciaban dichos puestos como si ya se hubieran hecho efectivos los nombramientos en el Boletín Oficial del Estado y al día siguiente empezaran a trabajar en calle Jorge Juan 6, lugar donde tiene su sede la AEPD. Las redes sociales se inundaron de felicitaciones para ambas personas, los medios de comunicación publicaron titulares. Llamadas y mensajes de felicitaciones. Días después, personas que tenían y tienen ciertas expectativas profesionales y que iban anunciando que serían los “mandamás” de la AEPD saltaron como lobos, sobre todo, porque no habían sido ellos los propuestos. Se pronunciaron asociaciones profesionales de la materia. Se publicaron artículos de opinión. El anuncio era una simple propuesta que debía pasar por un proceso de nombramiento que se había aprobado recientemente. Simple y llanamente eso. No se habían hecho efectivos los nombramientos. A partir de ahí, vinieron las medias verdades y especulaciones.
En este punto, quisiera centrarme en dos términos; idoneidad y profesionalidad, para dejar una reflexión en el aire. ¿Qué pasa cuando un partido político piensa en determinados profesionales para ocupar un cargo de responsabilidad?, ¿pierden la idoneidad?, ¿pierden sus años de experiencia?, ¿pierden sus formaciones y acreditaciones?, ¿pierden su profesionalidad?, ¿pierden sus atributos y conocimientos?, ¿pierden su capacidad? El hecho de que partidos políticos piensen en profesionales, no los deslegitima en absoluto. Lo digo con toda franqueza. Soy un profesional de la materia y que un partido piense en un compañero del gremio para ocupar una responsabilidad, no me perjudica en absolutamente nada. Peor sería, como lamentablemente hemos visto en muchas ocasiones a lo largo de estos años, que cargos directivos sean ocupados por personas que no tienen ni idea de la materia y cuyo único mérito es ‘tener el carné’ del partido.
Otro de los debates abierto en torno a esta renovación, es la relativa al famoso “Comité de Selección”, entendiéndose, a mi parecer, de manera errónea e interesada ya que, en la redacción del Estatuto de la AEPD la denominación correcta debería haber sido ”Comité de Preselección”, porque, al fin y al cabo, los únicos que van a votar a los candidatos van a ser los diputados y diputadas pertenecientes a la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados. El RGPD 2016/679 establece los “estados miembros están obligados a disponer que cada miembro de sus autoridades de control sea nombrado mediante un procedimiento transparente por su Parlamento, su Gobierno, su jefe de Estado o un organismo independiente al que se haya encomendado el nombramiento con arreglo a la legislación del Estado miembro”. Es más, la propia Comisión Europea afirma que, en el caso de España, se optó por la confirmación del Parlamento para nombrar a los miembros de la autoridad de control. Pero algunos intentan confundir al público como trileros: el comité de selección solo va a valorar las candidaturas, quien verdaderamente va a nombrar a los titulares será el Parlamento.
Aprovechando este desconocimiento, algunos están poniendo en tela de juicio la idoneidad del comité de selección que evaluará las 14 candidaturas presentadas. ¡Hasta donde vamos a llegar! Para quien no haya tenido ocasión de conocerlo, el comité está compuesto por un Magistrado de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, Profesora Titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, Director del Consejo de Transparencia y Protección de Datos de Andalucía), Subsecretario de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, presidido por el Secretario de Estado de Justicia. Si no confiamos en la idoneidad e independencia de estas personas; ¡Apaga y vámonos!
Cristina Pedroche participó en un vídeo de Más Madrid. Jorge Javier Vázquez anunció que iba a votar a Ángel Gabilondo. Daniel Guzmán anunció que iba a votar a Podemos. Jordi Cruz dijo que, si estuviera en Madrid, votaría a Isabel Díaz Ayuso. Creo que ninguna de estas personas han perdido, ni van a perder su idoneidad y profesionalidad para ser presentadora, presentador, actor o cocinero. Por eso, creo que deslegitimar a cualquier persona porque cuente simple y llanamente con el apoyo de algún partido político para que se presente a este proceso, me parece un poco incomprensible en los tiempos que estamos. Además, podía haber ocurrido que el Gobierno y la Oposición no hubieran llegado a ningún acuerdo o podría ocurrir que durante el proceso se den determinadas circunstancias para que sean propuestas y designadas otras personas. Por ahora los nombres propuestos participan como unos candidatos más en el proceso de selección.
Puede que en un día no muy lejano, algunas de las personas que hoy están opinando y valorando el proceso de designación de los cargos directivos de la AEPD sean propuestas para ocupar una responsabilidad en esta autoridad de control, o en otra. Esa propuesta vendrá seguramente porque se conocen las capacidades y la formación de un profesional. Una persona, se curte a lo largo de su vida; formándose, preparándose, mejorando cada día, proponiendo iniciativas, colaborando en proyectos de investigación, ofreciendo charlas y conferencias… Y que todo ese trabajo que has ido construyendo a lo largo de tu vida, se esfume porque un partido político se haya fijado en ti y se dude de tu idoneidad, independencia y hasta tu integridad, me parece cuanto menos injusto y decepcionante en una sociedad tan avanzada como la nuestra. Dejemos los sesgos y prejuicios y juzguemos sólo por la trayectoria de cada uno.
Gonzalo Oliver Martín
Socio de la Asociación Española de Delegados de Protección de Datos.
Asesor Jurídico en materia de Privacidad, Protección de Datos y Ciberseguridad
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