Lorenzo Jiménez, candidato a la alcaldía de Cádiz por la agrupación de electores 'Justicia Social', ha presentado un programa electoral lleno de propuestas con un enfoque humanista. Su campaña, aunque humilde y sencilla, ha resonado con fuerza entre los ciudadanos, recordándoles que la política puede ser un medio para mejorar la vida de todos, y no sólo de unos pocos.
Justicia Social ha revivido la estética de las campañas de los las últimas décadas del siglo XX con su promoción. En lugar de usar las redes sociales o publicidad digital, han optado por el contacto humano directo, con personas portando grandes carteles en los hombros, acompañados de un altavoz por el que sonaban músicas revolucionarias y repartiendo octavillas en blanco y negro, mismo blanco y negro de los carteles que en diferentes espacios se podía ver con el rostro del ciudadano Lorenzo. Esta estrategia, que bien podría parecer desfasada, ha resultado ser una forma efectiva y emotiva de conectar con la ciudadanía.
El programa de Justicia Social pone en el centro de sus propuestas a los colectivos y las personas más vulnerables. Entre sus medidas destacan planes de contratación para colectivos vulnerables, la remunicipalización de servicios externalizados, la ampliación del parque público de viviendas y programas de rehabilitación. Asimismo, promete garantizar los suministros básicos de luz y agua para todos los ciudadanos, aumentar las ayudas sociales y agilizar los servicios sociales.
Pero lo que realmente ha captado la atención de los ciudadanos es la propuesta de Lorenzo Jiménez de "un vuelco total" en la administración local, que incluye la creación de grupos de trabajo que se reunirán en el Ayuntamiento para debatir los temas clave de la ciudad y sus habitantes. Además, promete recibir personalmente, sin cita previa, a los primeros ocho ciudadanos que acudan al Ayuntamiento durante dos franjas horarias diarias, permitiendo así que hasta 900 personas puedan dialogar directamente con el alcalde durante su mandato.
La candidatura de Justicia Social es un testimonio del espíritu de Cádiz y de la posibilidad de un cambio hacia una política más inclusiva y centrada en las personas. Con sus propuestas y su campaña sencilla y emotiva, han demostrado que la política no tiene por qué ser compleja ni estar desconectada de la gente. En un mundo cada vez más digital, su enfoque humilde y directo es un soplo de aire fresco, que recuerda a todos que la política puede y debe estar al servicio de la gente.
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