La candidatura del Carnaval de Cádiz como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, respaldada por la Junta de Andalucía, se presentó con rigor en el Parlamento de Andalucía. La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, destacó que el expediente para la candidatura cuenta con el asesoramiento de expertos en patrimonio mundial y será abordado en la reunión del Consejo de Patrimonio Histórico en la primavera de 2025. Este organismo, que reúne a todas las comunidades autónomas de España, aprobará entonces por consenso la candidatura española que se enviará a la Unesco antes de marzo de 2026, en la modalidad de Patrimonio Cultural Inmaterial, que permite presentar solo una candidatura cada dos años.
El Gobierno andaluz reafirmó su compromiso con el Carnaval de Cádiz, un referente cultural de la ciudad, protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) bajo la categoría de Actividad de Interés Etnológico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Según Patricia del Pozo, "hemos seguido trabajando conjuntamente con la Universidad de Cádiz y el Aula del Carnaval en esta candidatura, ofreciendo el conocimiento y la experiencia de los expertos en patrimonio mundial de la Consejería de Cultura".
La consejera subrayó también el papel fundamental de los grupos de vecinos, peñas y agrupaciones, quienes impulsan la candidatura y dan vida al Carnaval de Cádiz. Destacó que "hay que felicitarles y reivindicar su importante papel en el impulso de esta candidatura ante la Unesco, promovida por el Aula del Carnaval y la Universidad de Cádiz, con el respaldo del Gobierno andaluz".
Del Pozo recordó que el proceso hasta conseguir el reconocimiento de la Unesco "es largo y no siempre sencillo" debido a los exigentes requisitos de documentación establecidos por la organización. Indicó que la candidatura continuará avanzando de acuerdo con los plazos establecidos en el procedimiento.
La inclusión del Carnaval de Cádiz en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad permitiría visibilizar el patrimonio inmaterial que se genera en el diálogo entre las comunidades y grupos que organizan esta celebración. Además, contribuiría a divulgar este símbolo de historia viva, un resultado de tradiciones culturales que promueven valores como la integración, el respeto mutuo, la igualdad, la libertad de expresión, la transmisión oral y la cooperación, fomentando así la sociabilidad en la comunidad.
Foto: Nández Sánchez
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