El Carnaval de Cádiz siempre ha sido mucho más que coplas y estribillos pegadizos y, en este COAC 2025, el regreso de Jesús Bienvenido con su comparsa Las Ratas ha sido uno de los momentos más esperados, y desde luego no ha pasado desapercibido.
Tras ocho años de ausencia en la modalidad de adultos, Bienvenido ha vuelto con una comparsa que no solo destaca por su calidad musical y literaria, sino también por su mensaje comprometido. Las Ratas aborda la turistificación y la expulsión de los gaditanos de su propia ciudad, un tema candente que resuena en el corazón de muchos. Cádiz, como tantas otras ciudades costeras, se enfrenta a un modelo de desarrollo que privilegia la especulación inmobiliaria y el turismo masivo en detrimento de su gente, y la comparsa de Bienvenido ha sabido ponerle voz a esta problemática con una carga emocional que ha calado hondo.
Desde la presentación, con una estética que hacía eco a una perspectiva oscura y simbólica, hasta los pasodobles que combinan crítica social con un tono y tacto que solo Bienvenido sabe manejar. Las Ratas ha logrado conectar con el público del Falla y más allá. No es una comparsa para quienes buscan un repertorio ligero o complaciente; es un golpe de realidad envuelto en música. Y es precisamente esto lo que la hace tan especial.
El regreso de Bienvenido también supone una reivindicación de la comparsa como herramienta de denuncia. En tiempos donde el Carnaval parece moverse entre la tradición y la necesidad de adaptarse a nuevas formas de espectáculo, Las Ratas nos recuerda que la esencia del concurso no está solo en la espectacularidad o en la búsqueda de la ovación fácil, sino en la capacidad de contar historias que importan, de dar voz a los que no la tienen y de incomodar cuando es necesario.
Sin embargo, no todo es positivo en este regreso. Para algunos, dicha comparsa puede resultar demasiado críptica o excesivamente sombría. La carga crítica que caracteriza su repertorio puede no ser bien recibida por todos los sectores del público, sobre todo aquellos que buscan en el Carnaval una vía de escape más ligera y divertida. A la denuncia social, se le podría reprochar que, en ocasiones, la forma sobrepasa el fondo, volviendo a veces la crítica algo confusa o de difícil acceso. La complejidad de los pasodobles puede incluso distanciar a quienes no están familiarizados con los problemas que se abordan, restando parte de la fuerza emocional que se quiere transmitir. Y si de pasodobles han de hablarse…, el que ha resonado en todo el gallinero ha sido el segundo. A la clase obrera. Perfecto. Pero no hay que olvidar que la clase obrera la conforman muchas personas, y no sólo un modelo a seguir.
Además, algunos críticos apuntan que el regreso de Bienvenido podría haberse quedado en una apuesta segura, recurriendo a su estilo característico sin arriesgar demasiado en lo musical o lo conceptual. Si bien la comparsa tiene una gran carga de denuncia, no se puede negar que se sigue moviendo dentro de unos patrones tradicionales que, aunque efectivos, no innovan tanto como otros grupos que buscan sorprender con propuestas más frescas o experimentales.
Aún es pronto para saber hasta dónde llegará esta comparsa en el concurso, pero una cosa es segura: ya ha dejado su huella. Cádiz, en su dualidad de ciudad abierta y castigada por el turismo sin control, tiene en Las Ratas un reflejo de sus dilemas y sus miedos. Y Bienvenido, con su vuelta al Falla, ha vuelto a recordarnos por qué su pluma es una de las más valiosas del Carnaval gaditano.
Una ciudad es un trocito del papel de un mapa, y tu presencia, después de todo este tiempo, ha hecho mucha falta. Una vez más, me has demostrado cuánto echo de menos subirme a esas tablas.
David Rodríguez
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