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Poco después de las ocho de la tarde de hoy lunes, con los alrededores de la plaza de España, calles Basurto, San Juan y Varos llenos de gente (entre tres y cuatro mil personas) participaron de un espectáculo de la quema de la “Bruja Piti”, construida en corcho blanco, tela, cartón y madera, por la empresa sevillana “Molarte”, que ardió en su totalidad quedando reducida en pocos minutos a cenizas, con la cual se puso punto y final al carnaval 2024 en Medina Sidonia.

Este fin de fiestas, que acaba con la lujuria, el libertinaje o la desvergüenza de dos semanas, estaba previsto para el domingo de piñatas, pero a primeras horas de la mañana mantuvieron una reunión la Comisión de Seguridad, que acordaron que debido a las rachas de viento previstas para la jornada, y con la intención de garantizar la seguridad, aplazar el evento.

Además, la cantidad de gente que se aglomeraron en estos sitios disfrutaron con las tracas con las prendieron fuego al muñeco, y un espectáculo pirotécnico de fuegos artificiales final que duró más de 20 minutos que se lanzaron desde la azotea del edificio principal de las Casas Consistoriales o Ayuntamiento.

Con la quema de “la Bruja Piti” y los lanzamientos de fuegos artificiales se pretende simbolizar la muerte del carnaval, que se ha acabado la lujuria, la gula, el desenfreno, los excesos y la diversión de estas fiestas para dar paso a la época de reflexión y sentimiento de la cuaresma. Por tal motivo dos actores, de la misma empresa sevillana, escenificaron el paso de la carnestolendas al ayuno, abstinencia, penitencia, recogimiento y fervor al antruejo que la iglesia católica impone el tiempo que va desde el miércoles de ceniza hasta la Pascua de Resurrección.

La quema de “la Bruja Piti” constituyó un espectáculo de fuego, pirotecnia, música y colorido, del que disfrutaron las mismas cifras que otras ediciones, entre tres y cuatro mil personas que se congregaron desde mucho antes de la hora anunciada para coger los mejores sitios en las calles, balcones, ventanas y cierros de la plaza de España y calles adyacentes.

Una vez que fueron tomadas todas las medidas de seguridad; y la Policía local, Guardia Civil, Protección Civil y Bomberos acordonaron, vallaron la zona y mantenían el orden, varios cohetes y truenos anunciaron el comienzo del espectáculo prendiéndose fuego a una traca y carcasas que se propagó rápidamente hacía la figura de la Bruja de 6,80 metros de altura y cinco metros de diámetro.

Al mismo tiempo que el fuego consumía a la figura, en toda la plaza sonaba en sintonía con el espectáculo de la quema, la música acorde con la celebración, entre ellas Survivor “Ojos del tigre” o Michael Man, “Miami Vice”.

Para deleite de grandes y pequeños una vez quemado el muñeco, la fiesta continuó con un espectáculo pirotécnico-musical y exhibición de fuegos artificiales: cascadas, cohetes, palmeras, remolinos, abanicos de kamuro y multicolor, baterías de secuencia y multicolores acompañados de baterías de abanicos con 20 carcasas de truenos y una volcanada multicolor, con tracas y cañonazos final que fueron lanzadas desde la terraza del edificio del ayuntamiento.

Este fue el último acto del carnaval asidonense que tuvo su epílogo final el domingo por la tarde con una gala carnavalesca en la carpa llena de público donde actuaron el segundo premio del concurso de Falla “Los colgaos”. Por este mismo escenario, entre otras, cantaron sus coplas “Los poquito a poco” o la chirigota, Anonymous gaditano, que también obtuvieron una clasificación en el Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz. Entre todas, una de las agrupaciones que mayores sensaciones han dejado para este y otros carnavales, por su sabiduría, ingenio, imaginación y doble sentido, el romancero o cuarteto de dos formado por el autor de carnaval, Francisco Javier Estudillo Guerrero “Curro el Proteino” y Miguel Ángel Collantes Grimaldi “El Calavera”.

Previamente desde el mediodía hasta bien avanzada la noche, en los barrios de Santa María, Santa Catalina, en la plaza de abastos y en las calles del centro de la localidad, se celebraron las fiestas carnavalescas, con la partición de piñatas, degustaciones gastronómicas, actuaciones de agrupaciones carnavalescas, el homenaje al carnavalero por la entidad vecinal “Cal y Cerro” y la cucaña del palo vertical impregnado en sebo, en cuya punta había que tocar el jamón y la hogaza de pan de campo.

 


 

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