El delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Óscar Curtido, junto al alcalde de Trebujena, Ramón Galán, miembros de la corporación municipal y personal técnico de esta Consejería han visitado la zona donde se desarrollan los trabajos de recuperación y puesta en valor de las marismas en este término municipal.
Las obras para la puesta en valor y recuperación de humedales del paisaje agrario del Bajo Guadalquivir corresponden a una actuación enmarcada en la Inversión Territorial Integrada (ITI) de Cádiz, que tiene un presupuesto cercano a los 2 millones de euros (1.953.899 euros).
Oscar Curtido ha celebrado que “es un día importante por el avance de estas obras, dentro de un proyecto pionero y desde una apuesta más del Gobierno de Juanma Moreno por la sostenibilidad y el medio ambiente”. Ha remarcado que “el futuro tiene que ser sostenible o no habrá futuro. Tenemos que estar plenamente concienciados” y esto es una muestra de ello.
En su intervención, el delegado territorial de esta Consejería ha señalado que esta actuación de recuperación y puesta en valor de los humedales “va a suponer un antes y un después en este municipio, en la comarca y en la provincia”. Ha precisado que, entre los objetivos de este proyecto que se está realizando, está “contribuir a conservar la biodiversidad y potenciarla, con especies como la cerceta pardilla”. También ha aludido al impulso “de iniciativas y actividades empresariales vinculadas al turismo de naturaleza y a la extracción sostenible de recursos renovables (camarones, salicornia, etc) que ayuden a diversificar los actuales usos de la comarca, para ayudar a la economía”.
En este ámbito, Óscar Curtido ha precisado que esta actuación “contará también con un sendero peatonal, distintos miradores y observatorios de aves y pasarelas”. Además, “estos humedales van a ayudar a la producción biológica funcionando como zona de refugio y engorde de alevines de numerosas especies que se desarrollan en el estuario. Y en este proyecto, estos espacios jugarán un papel fundamental como sumidero de carbono, ayudando en la lucha contra el cambio climático”.
Por otra parte, Felipe Oliveros, jefe de servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Delegación Territorial, ha explicado sobre planos las zonas que van a estar inundadas y ha aludido a los dos grandes lucios -lagunas de agua dulce- que se están desarrollando. Se ha referido a la evolución de los trabajos, al avance en movimiento de tierras, entre otras tareas, y a la “heterogeneidad en el espacio y en las láminas que se inundan”, haciendo alusión a un mayor espacio inundable y “a la diversidad de especies”, a modo de oportunidad, ante “un gran itinerario con pasarelas y observatorios dentro de un proyecto accesible a los visitantes”.
Por otro lado, el alcalde de Trebujena ha agradecido esta actuación impulsada por la Junta de Andalucía, destacando “una importante inversión en sostenibilidad” y el impulso en clave medioambiental y en cuanto a generación de riqueza para potenciar este espacio, con una iniciativa que “va a ser reclamo para visitantes en un enclave único, un paraíso natural”.
Una actuación destacada en un paraíso natural
El ámbito geográfico de este proyecto son las marismas desecadas del antiguo estuario del río Guadalquivir en la provincia de Cádiz, en Trebujena, muy próximas al Espacio Natural de Doñana y a la ZEC Bajo Guadalquivir, incluida en la Red Natura 2000. Hasta mediados de los años 50 del siglo pasado, este espacio aún conservaba dos grandes lucios, terrenos que fueron transformados entonces mediante un sistema de drenaje para su puesta en cultivo, una operación que fracasó debido a la elevada salinidad del sustrato y su excesivo contenido en arcillas, pero que dejó profundamente alterado el funcionamiento hidrológico del sistema que sólo se inunda en años muy lluviosos.
El espacio, no obstante, ha mantenido durante todo este tiempo un enorme potencial ecológico que ha hecho que la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul haya puesto en marcha un ambicioso proyecto para la recuperación de los antiguos lucios, que ocuparían una superficie de más de 200 hectáreas.
Esta actuación contempla el movimiento de aproximadamente 600.000 m³ de tierra, necesario para conseguir recuperar las zonas deprimidas que existían hace un siglo. El diseño del humedal se ha realizado para que pueda inundarse de manera sectorial, regulado por compuertas, y para que pueda recibir tanto agua dulce procedente de las precipitaciones que recibe la marisma en invierno (aprovechando las canalizaciones realizadas en los años 50), como agua salobre procedente del mismo cauce del río Guadalquivir.
Para conseguir desarrollar el proyecto, la Consejería ha firmado sendos convenios de colaboración con los titulares de las dos fincas afectadas, que han mostrado en todo momento su interés por recuperar ambos humedales. En este ámbito, la conservación es perfectamente compatible con el mantenimiento de los aprovechamientos tradicionales de la marisma y la actividad ganadera.