La pared que durante décadas albergó un emblemático mural en el salón de la iglesia de El Bosque hoy está completamente cubierta de blanco. Con ello, se ha borrado no solo una obra artística, sino un fragmento invaluable de la memoria colectiva de este municipio. El mural, creado en 1977 por los artistas Lázaro Albar, Carlos Hormigo y Pepe Ocaña, reflejaba la vida cotidiana y la dignidad de las gentes de El Bosque, en una época de profundo despertar cultural. Ahora, una fotografía de la obra perdida ocupa el centro de la pared, dejando tras de sí un eco amargo de lo que una vez fue un símbolo de orgullo y pertenencia.
Pepa Benítez, quien fue testigo directo de la creación de la obra, recuerda cómo el mural nació bajo la inspiración del sacerdote Graciano Catalán y el catedrático Pedro Piñero, figuras que promovieron un movimiento cultural único en el municipio. Según relata, "cada día, entre música y charlas, íbamos descubriendo el avance de esta obra, un fresco de grandes dimensiones que representaba la vida sencilla del pueblo y la dignidad de sus gentes". Lo que parecía destinado a ser eterno, fue arrancado del presente con brochas y pintura.
Los responsables eclesiásticos justifican esta decisión argumentando problemas de humedad y los elevados costos que implicaría la restauración. Sin embargo, esta acción ha sido recibida con una profunda indignación por parte de los vecinos de El Bosque, quienes cuestionan si realmente el mural estaba en un estado tan deteriorado que obligara a su eliminación. La fotografía colocada en su lugar ha sido comparada irónicamente con el célebre fiasco del 'Ecce Homo' de Cecilia Giménez, un intento de reparación que terminó convirtiéndose en un desastre cultural.
En redes sociales, la voz del pueblo no se ha hecho esperar. El muro de Facebook de Antonio Acosta, vecino del municipio que también ha recogido la denuncia en su blog 'elbosquedehoy.blogspot.com' se ha convertido en una plataforma de lamentos colectivos, donde los habitantes han dejado claro su rechazo y tristeza ante la pérdida de este patrimonio único. Para muchos, la decisión ha sido una agresión a la identidad y la memoria histórica del municipio.
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