Las agencias distribuidoras de butano en toda España anunciarán un calendario de paros para el reparto domiciliario el próximo 21 de octubre de 2024, en respuesta a la situación económica insostenible que enfrentan debido a la falta de actualización en la retribución por bombona entregada. La medida se formalizará en la Asamblea General de la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (FEDGLP), y se mantendrá vigente hasta que se establezcan condiciones económicas que permitan la viabilidad de este servicio.
El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, junto con las principales empresas operadoras de gas butano, exige que las agencias distribuidoras continúen ofreciendo el reparto a domicilio, a pesar de que las tarifas recibidas no cubren los costos reales, llevando a las agencias a operar a pérdidas de manera continua. La FEDGLP, que representa a más de 170 pymes y defiende los intereses de estas entidades, ha solicitado reiteradamente una revisión del sistema de precios que permita ajustar las tarifas y asegurar la cobertura de los gastos operativos de estas empresas.
Las agencias de distribución abastecen a más de 6 millones de hogares en toda España y sostienen que los costos de operación han aumentado considerablemente. Entre los factores que encarecen el servicio se incluyen el precio del carburante, las regulaciones de seguridad y emisiones, el alza en los costes salariales y la dificultad para mantener una plantilla estable debido a las exigencias físicas del reparto de bombonas.
La FEDGLP destaca que a pesar de estos problemas, no ha recibido respuesta por parte del Ministerio ni de las operadoras para mejorar las condiciones económicas. "La desaparición del servicio afectaría a más de 6 millones de hogares, especialmente a los más vulnerables", recalca la FEDGLP, subrayando que, sin una solución, las pymes encargadas de esta labor verán en riesgo no solo su estabilidad, sino también los más de 3.500 empleos directos que generan.
La inminente decisión de convocar paros podría provocar que numerosas familias se queden sin el suministro de una energía esencial para calefacción y otras necesidades diarias, si las operadoras y el Ministerio no atienden las demandas de los distribuidores de butano en el corto plazo.
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