bomboloteria

A pesar de este año atípico, la llegada del mes de diciembre trae consigo algunas cosas muy reconocibles para todos: frío en muchos puntos de España, villancicos en cada esquina y el esperado sorteo de la Lotería de Navidad. Muchas personas ya esperan ansiosos al 22 de diciembre para saber si la diosa Fortuna les sonríe para empezar 2021 de la mejor forma.

Hoy queremos que conozcas mejor lo que no se ve de este sorteo, la maquinaria que hace posible que se reparta ilusión por todo el territorio nacional. A grandes rasgos, no se diferencia mucho de un bingo al uso: bombos y bolas como en este video bingo en el que ir amenizando la espera. Pero hay mucho más detrás, y hoy vamos a descubrirlo.

 

BOMBOS DE ACERO Y BOLAS DE MADERA DE BOJ

Dos bombos, uno más grande y otro más pequeño, rellenos de las bolas con los números de los décimos (el primero) y los premios otorgados (el segundo). Estos son los principales elementos que reconocemos cada Navidad, pero hay algunos otros elementos que permiten que el sorteo se lleve a cabo de la mejor forma posible.

Nos encontramos con las liras: mecanismos que recogen las bolas ordenadas para su comprobación y almacenamiento. Hay 132 liras, con capacidad para 500 bolas cada una de ellas. También tenemos el paraguas, un dispositivo que se utiliza para colgar las liras y volcarlas en la tolva. La tolva que acabamos de nombrar es el recipiente con el que se transportan las bolas hasta los bombos. Y terminamos por la trompeta, el carril por el que se deslizan las bolas hasta la copa, donde los niños de San Ildefonso (parte igualmente fundamental) leen y cantan los premios.

Más allá, en una mesa al lateral del escenario, tenemos las tablas con alambres en los que se insertan las bolas con los números y premios escritos en ellas. Cada una de estas tablas tiene espacio para guardar 200 bolas.

Pasamos ahora a la parte más grande del sorteo: los bombos. Aunque solo vemos dos, en realidad existen cuatro (dos grandes y dos pequeños), por si hay algún problema de última hora y necesitan un recambio.

El mayor de ellos pesa unos 800 kilos, mientras que el pequeño tan solo 300 kg. Al primero hay que añadirle las 100.000 bolas con los números de los décimos, lo que incrementa su peso en 300 kilos más, llegando a más de una tonelada. En el otro tendremos 1.807 premios, lo que supone apenas cinco kilos y medio.

Estos bombos fueron fabricados hace ya quince años por la empresa Fluidmecánica Sur, dedicada a la maquinaria naval y expertos en elementos hidráulicos y eléctricos. Se buscaba unos bombos que soportasen el número actual de bolas, ya que antes de 2005 eran 66.000 y los bombos de principios del siglo XX.

La empresa construyó unos bombos con un diseño muy similar al anterior, aunque de mayores dimensiones y con un sistema electrónico puntero. Ambos están compuestos por 6 segmentos esféricos unidos entre sí, y cada uno de ellos está formado por 76 meridianos y 20 paralelos. También se hicieron los dispositivos para introducir y extraer las bolas, la estructura de acero forrada en chapa de latón y el equipo de accionamiento que incluye dos motores (por si uno de ellos falla).

En cuanto al sistema electrónico, se trata de un lector identificador de bolas que lee automáticamente los números de manera instantánea. Esto no solo permite conocer los números premiados de forma más sencilla y eficiente, sino que también ayuda a la hora de ordenar las bolas cuando todo termina. En este sistema, según Fluidmecánica, se ha utilizado la tecnología RFID (Radio Frecuency IDentification) usado para almacenamiento y recuperación de datos en remoto.

Cada año y durante los días previos al sorteo, un grupo de operarios de la empresa tienen que viajar a Madrid para revisar y poner a punto todos los mecanismos, evitando así la aparición de fallos. De hecho, tres de las personas que formaron parte de la fabricación de los bombos están presentes en el Teatro Real el mismo 22 de diciembre, por si surgiese algún imprevisto de ultimísima hora.

Por último, revisaremos el elemento más pequeño de todo el sorteo pero el que más alegrías da a los ganadores: las bolas. Tenemos las 100.000 que corresponden a los números de los décimos y las 1.807 que conforman los premios; pero todas son exactamente iguales: 3 gramos de peso y 18’8 milímetros de diámetro.

Están fabricadas en madera de boj, un arbusto perenne presente por toda Europa, que tiene diferentes usos. Más allá de lo ornamental, su madera dura y recia lo hacen un buen material para las tallas delicadas en ebanistería. El número está grabado en láser con una profundidad de un milímetro y medio, y se revisan cada año por si hay que sustituir alguna.

Su almacenamiento en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se hace en seis armarios, en perfecto orden después del último sorteo. Estos armarios están precintados hasta el día 22 de diciembre, día en el que se abren y exponen al público para su comprobación.

Todos los elementos que hemos nombrado hoy llegan al Teatro Real aproximadamente una semana antes de la fecha señalada, para dar comienzo a los preparativos y tener todo listo para una nueva edición de la Lotería de Navidad. Al seguir con las funciones normales en el teatro, el material de la lotería se guarda en el foso del escenario, a unos 16 metros de profundidad. Como dato importante, durante su estancia en el Teatro Real están vigilados 24 horas al día por dos guardias de seguridad.

Conocer un poco más de nuestra historia y nuestras tradiciones siempre es interesante, y mucho más cuando se trata de un sorteo que hace feliz a tanta gente. Esperamos que te haya gustado y que tengas preparados ya tus décimos para este año.

 


 

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