Un vuelco inesperado en la política española se ha producido con el recuento del voto CERA, que otorga al Partido Popular (PP) un escaño adicional en Madrid, a costa del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La ganancia de este escaño crucial ha cambiado la balanza política en la capital española y ha complicado aún más la ya difícil tarea de Pedro Sánchez de formar un gobierno.
Carlos García Adanero, exdiputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN), que recientemente se unió al PP, ocupará este nuevo escaño. Su adición a las filas del PP refuerza el bloque conservador y deja a Sánchez y al PSOE en una situación de mayor dependencia de Junts, el partido de Carles Puigdemont.
Ahora, con 137 escaños para el PP y 33 para Vox, junto con el escaño de UPN, el bloque conservador se fortalece con un total de 170 escaños. En contraposición, el PSOE cuenta con 121 escaños y la alianza de Sumar tiene 31, sumando 152 escaños para los socios del actual Gobierno de coalición.
Este escenario político implica que para alcanzar la mayoría simple necesaria para una segunda votación de investidura, la coalición liderada por el PSOE necesitará el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Euskal Herria Bildu y Partido Nacionalista Vasco (PNV). Sin embargo, aún con estos apoyos, la posición decisiva la mantendría Junts, que hasta ahora no se ha mostrado dispuesto a ofrecer su respaldo a Sánchez.
Este escándalo ha puesto de relieve las sutilezas y las altas apuestas del juego político español, y ha dejado a Pedro Sánchez en una situación de mayor vulnerabilidad y dependencia de las decisiones de otros partidos.
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