El sindicato de docentes USTEA ha aprovechado la 'Semana Europea de la Movilidad', que se celebra del 16 al 22 de septiembre, para llamar la atención sobre los problemas de seguridad, contaminación atmosférica y ruido que enfrentan los alumnos y sus familias durante los desplazamientos diarios a colegios e institutos. USTEA destaca que "la coincidencia de dicha Semana con el comienzo del curso escolar pone una vez más en evidencia los graves problemas de seguridad, contaminación atmosférica y de ruidos, junto a la falta de alternativas al uso del vehículo particular que padece gran parte del alumnado y sus familias en los desplazamientos diarios a sus colegios e institutos".
Según USTEA, estos problemas se ven agravados en barrios donde varias instituciones educativas se concentran en espacios reducidos, "que en ocasiones aglutinan en poco espacio varios centros, presentan infraestructuras deficientes en cuanto a anchura de aceras y calzada, o escasez de transporte público u otras alternativas de movilidad más sostenible". USTEA sostiene que "el cumplimiento de estas mejoras reduciría problemas habituales como la aglomeración y embotellamiento de vehículos en las horas punta de entrada y salida de los centros, el peligro de extravío de menores y los riesgos de padecer ansiedad y estrés en sus familiares; y sobre todo, disminuiría la contaminación atmosférica y el exceso de ruido".
Para abordar esta situación, USTEA solicita a los ayuntamientos que utilicen la herramienta proporcionada por la Ley de Transición Energética y Cambio Climático para declarar como Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) las áreas urbanas con mayores niveles de contaminación, tráfico, ruidos o peligro para los ciudadanos. El sindicato enfatiza que "en la mayoría de las grandes ciudades andaluzas, la ley aún no está implementada, a pesar de que se obligaba a las ciudades de más de 50.000 habitantes a aplicarla antes de finales de 2023".
Desde el área de Medio Ambiente de USTEA, se plantea "reducir la velocidad del tráfico rodado a 20 km/h controlando su cumplimiento con pasos de cebra a la altura de las aceras y radares disuasorios", así como "ampliar la anchura de las aceras para que puedan transitar con seguridad por ellas personas ancianas y adultos con bebés o personas con movilidad reducida; revisar y ampliar los carriles bici de la ciudad para mejorar su piso o interconexión y eliminar los puntos negros detectados".
Además, USTEA insta a "aumentar la oferta de transporte público en cuanto a frecuencias y líneas o abaratamiento de sus tarifas para todo tipo de usuarios", y a "crear bolsas de aparcamiento públicas, disuasorias y en zonas estratégicas para limitar el acceso a estas ZBE de vehículos particulares". También sugiere la instalación de "medidores de ruido y contaminación atmosférica que alerten cuando se superen los parámetros establecidos por la OMS y activen medidas correctoras de inmediato" y la "renaturalización de fachadas y entornos de estos establecimientos públicos con árboles y demás vegetación para mitigar el calor, el ruido y la contaminación".
Finalmente, USTEA hace un llamamiento a las corporaciones municipales para que "aprovechen la declaración de las ZBE en sus municipios para incluir dentro de las mismas los entornos escolares, los sanitarios o las residencias de mayores; para mejorar la accesibilidad a los mismos y hacerla más sostenible".
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