Consternado, incrédulo, acongojado, recién cenado, recibo anoche la triste noticia del fallecimiento del ex arcipreste, párroco de Santa María la Coronada y administrador de Santiago el Mayor durante casi una década, en Medina Sidonia.
No me lo podía creer. Me dicen que fue encontrado muerto en su casa del Colorado en la pedanía de Conil. ¿Cómo es posible?
Eran frecuentes, la última hace poco menos de un mes, mis charlas con él. Siempre alegre, divertido, socarrón y para no perder la costumbre, conociéndome como me conocía, algún que otro comentario de cachondeo (le encantaba picarme y buscarme las cosquillas). Siempre así colgaba el teléfono, no sin la debida respuesta, en el mismo tono jocoso o "recurrente".
Para mí, digan lo que digan, (lean el articulo a pie de este iniciado) además de muy amigo, mejor sacerdote o excelente persona, ha sido, el más sublime y más comprometido con quienes más lo necesitan, que ha evangelizado o predicado en los pulpitos de Medina Sidonia o allá donde el destino le ha llevado.
Muchas han sido las muestras de condolencias y pesar. Desde la Diócesis de Cádiz-Ceuta que rige el inefable, Rafael Zornoza (a ver si ya jubilado lo sustituyen de su cargo, que tanto daño está haciendo a la iglesia gaditana), las feligresías, hermandades, comunidades religiosas, creyentes o no, agnósticos, ateos, donde ha ejercido su corta vida pastoral. No has dejado con tan solo 58 años de edad.
De todas las leídas, ninguna hace referencia, en colaboración con la desaparecida Asociación para la Conservación de la Iglesia Mayor (ACISMA) de la que formé parte, uno de sus más grandes éxitos, que, en su modestia, el padre Paco, nunca se quiso atribuir, la creación del también desaparecido Museo Sacro del más grande y principal monumento religioso de Medina.
Les aseguro que sí, y mucho, junto el persistente, Manolo Cruz, presidente de la entidad que, hasta que cansados aburridos, decepcionados, desencantados, frustrados, desengañados, por la poca ayuda de las instituciones o administraciones públicas, acordaron o acordamos, expeler la Asociación.
Para no alargarme, ya de por sí, bastante extenso, y convencido de que más de uno no le dará lectura o les aburrirá, reproduzco, en primer lugar, un artículo que redacté sobre la lamentable desaparición del Museo Sacro de Santa María, que con tanta ilusión impulsaron el Padre Paco y ACISMA, y en otro a pie de página, lo que sobre su apostolado, ha publicado la Diócesis de Cádiz- Ceuta, que mal dirige, insisto, el insufrible, Monseñor, Zornoza.
ARTICULO ESCRITO POR EL PERIODISTA ANTONIO JOSÉ CANDON
LA EFIMERA VIDA DEL MUSEO SACRO DE LA SANTA MARÍA LA CORONADA EN MEDINA SIDONIA
La novedosa sala de exposiciones de arte fue inaugurada por el obispo en las salas altas de la iglesia Santa María la Mayor la Coronada y estuvo abierta pocos meses debido a la desidia del Obispado o la incompetencia municipal.
El 1 de diciembre de 2010 el entonces alcalde de infausto recuerdo, Francisco Carrera, acompañado por el presidente de la desaparecida Asociación para la Conservación de la Iglesia de Santa María (ACISMA), Manuel Cruz (después sería concejal con el impresentable regidor municipal), el delegado del Gobierno Andaluz en Cádiz, Gabriel Almagro, el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos y el arcipreste de Medina Sidonia, Francisco Herrera, presidieron el acto de inauguración de lo que se presumía iba a convertirse en unas galerías de exposición permanente de arte sacro (quizás la más importante de la Diócesis) en la llamadas salas altas de la iglesia parroquial asidonense.
A través de una escuela taller se realizaron obras de restauración en dichas instalaciones que permitieron disponer de un espacio adecuado donde exponer el inmenso patrimonio con el que cuenta la iglesia en Medina y que hasta entonces permanecía guardado en otras dependencias de la misma parroquia, aunque sin acceso al público en general.
La nueva sala de exposiciones, construida en el siglo XVI, mostraba piezas de gran valor de los siglos XVI al XVIII como orfebrería litúrgica, esculturas de Juan Martínez Montañés, ropas litúrgicas, mantelerías bordadas en oro, entre otras piezas destacadas.
Este museo sacro abrió por primera vez sus puertas coincidiendo con las Jornadas de Puertas Abiertas que se desarrollaron en aquellas fechas en la ciudad.
Las salas galerías se inauguraron a principios de año, para ser cerrado poco tiempo después debido a los daños en la estructura de la zona y especialmente de la escalera de caracol al cual conducía.
Pese a que en su día se firmó un convenio con el Obispado no solo para abrir este museo sino para la restauración integral de la Iglesia Parroquial de Santa María la Coronada, monumento histórico artístico desde de1931, debido a la dejadez, desinterés o despreocupación del Gobierno municipal de entonces, con su alcalde, Francisco Carrera, a la cabeza, que no supo hacer cumplir sus compromisos al Obispado o con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para llevar a cabo los proyectos necesarios.
Algo parecido ocurrió con las Ermitas de Santa Ana o del Cristo de la Sangre, Iglesias de San Agustín y de la Victoria por citar algunos de los patrimonios más importantes del que cuenta Medina y ahí están en estado ruinoso, derruidos y sin posibilidad alguna de recuperación.
El museo sacro además entre los enseres anteriormente expuestos mostraba varias obras de incalculable valor.
Así, en escultura se podía admirar o ver el conjunto de la Sagrada Cena y la Santa Ana y la Virgen, obras que tallase Roque Bolduque, junto a tallas de Martínez Montañés, y varios crucificados. En pintura, se exponían cuadros del asidonense Juan Simón Gutiérrez, discípulo de Murillo, así como un crucificado de la escuela de Zurbarán.
Por su parte en orfebrería, exhibía además de cálices y custodias, el magnífico manifestador de plata.
Hoy viernes que el Ayuntamiento asidonense, sin ser de su competencia, ha iniciado obras de limpieza, desbroces, eliminación de la bioturbación y pintura en la fachada, decisión que ha sido aplaudida y reconocida por la ciudadanía asidonense o no, en general, sería un buen momento para reclamar de nuevo la restauración, abrir y poner en valor el desaparecido museo con lo que eso significa para la economía asidonense.
COMUNICADO DEL OBISPADO EN EL DÍA DE HOY (DIA DE SU FALLECIMIENTO)
Con consternación conocíamos ayer noche el fallecimiento, a la edad de 58 años, de nuestro hermano Francisco Herrera Lozano. Francisco Herrera, el padre Paco como todos lo conocíamos, recibió la Sagrada Orden del Presbiterado el 25 de junio de 1995 en la S.A.I. Catedral de Cádiz.
A lo largo de su ministerio sirvió en las Parroquias de Ntra. Sra. del Socorro, de Benalup; Santo Tomás de Villanueva, de Cantarranas; San Fermín, de Los Badalejos; Ntra. Sra. de la Inhiesta, de Paterna de Rivera; Santa María la Mayor La Coronada, Santiago el Mayor y San Juan de Dios, de Medina Sidonia y Ntra. Sra. de Fátima, de El Colorado.
También fue Arcipreste de Vejer y de Medina Sidonia y Delegado Episcopal y posteriormente Director de Cáritas Diocesana de Cádiz y Ceuta.
La Misa córpore insepulto tendrá lugar hoy jueves 17 de octubre, a las 17.00 horas, en el Cementerio Mancomunado de Chiclana.
Rogamos oraciones por su eterno descanso.
D.E.P.
Obituario
Fallece el sacerdote Francisco herrera Lozano a la edad de 58 años
Por: José Antonio Hernández Guerrero
El padre Paco, como él prefería que lo llamáramos, con su sencillez, a pesar de sus asumidas fragilidades o quizás precisamente por ellas, era un sacerdote y un creyente que estaba dotado de una notable habilidad para colorear los tiempos oscuros y los espacios grises. Todos los que lo hemos tratado en sus diferentes labores pastorales en Benalup, Cantarranas, Paterna de Rivera, Medina Sidonia y El Colorado, estamos de acuerdo al señalar que, por encima de todas sus cualidades y limitaciones, destacaba por el vigor con el que encaraba las dificultades de la vida, la fortaleza con la que afrontaba las adversidades y la firmeza con la que defendía sus hondas convicciones.
En varias conversaciones me animaba para que me despojara de poses ridículas, de fórmulas estereotipadas, de posturas artificiales que, máscaras inútiles, ocultan o disimulan nuestra radical pequeñez. “Tenemos -repetía- que confiar en el amor misericordioso de nuestro Padre que está en el cielo y en la tierra, en las iglesias, en las calles, en nuestras casas y en el fondo de nuestro corazón”, y explicaba aquella frase del Evangelio: “Él se revela, no tanto a los sabios y a los entendidos, sino a la gente sencilla”.
Estaba convencido de que la oración sólo es cristiana si es una conversación con el Padre nuestro, con el Dios de Jesús, el “Dios de los pobres”, el defensor de los desvalidos, el que se ha encarnado para “buscar y para salvar lo que estaba perdido”. Por eso nos animaba para que rezáramos repitiendo insistentemente eso de “Padre Nuestro. Se nos ha muerto una buena persona que nos ha dado una lección de profunda humanidad y de sencillez y de humildad.
Que descanse en Paz.
Cáritas Diocesana recuerda la labor del padre Francisco Herrera con los más necesitados
El sacerdote Francisco Herrera Lozano, que fue durante ocho años delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Cádiz, ha fallecido a la edad de 58 años de edad.
Entre los años 2005 y 2013 fue Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana de Cádiz, donde dejó una huella imborrable por su compromiso con los más vulnerables.
«Durante su tiempo en Cáritas Diocesana de Cádiz, el Padre Herrera destacó por abrir caminos de esperanza y dignidad para quienes atravesaban situaciones de sufrimiento y exclusión impulsando proyectos a favor de los mayores, los desempleados y las personas sin hogar. Su liderazgo fue un testimonio vivo del Evangelio, promoviendo y fortaleciendo el trabajo de Cáritas como expresión del amor de Cristo hacia los pobres».
«Quienes compartieron trabajo en esos años recuerdan su cercanía, humildad y espíritu de servicio. Por ello, será recordado por su entrega generosa y por su dedicación a la misión de la Iglesia en el mundo de la caridad. Hoy damos gracias a Dios por su vida y su ministerio, y pedimos por su descanso eterno en los brazos del Señor».
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