María Gallurt Jiménez, figura conocida en la historia del municipio de Tarifa, falleció poco antes de cumplir 100 años. Proveniente de una familia reconocida, era hija de Octavio Gallurt Fernández, abogado y juez municipal de Tarifa, y nieta de Andrés Gallurt Albacete, comandante militar de Infantería. Su hermano, Andrés Gallurt, fue distinguido como Hijo Predilecto de Tarifa en 1996.
Huérfana de padre desde el primer año de vida, desarrolló una notable trayectoria en la vida pública del municipio. En la década de los años cuarenta, asumió el cargo de delegada local de la Sección Femenina, organización que funcionó junto con el Auxilio Social y el Frente de Juventudes bajo la Falange local. María lideró esta sección hasta su disolución en 1977, momento en el que pasó a ser funcionaria encargada de la guardería municipal, puesto que desempeñó hasta su jubilación.
A lo largo de su vida, estuvo estrechamente vinculada al Opus Dei y mantuvo una profunda religiosidad. Fue muy cercana a su hermano Andrés, a quien cuidó en los últimos años de su vida. Tras su fallecimiento, María residió en la residencia San José de Tarifa, donde se convirtió en una figura querida entre los residentes.
Su dedicación le ganó el aprecio de quienes compartieron con ella las actividades de la Sección Femenina y de las trabajadoras a su cargo en la guardería municipal. Aunque ocupó un alto cargo local durante la dictadura franquista, su interés por la política fue limitado. Según declaraciones de la propia María, no prestaba atención a las dinámicas de los consejos locales de Falange, pese a ser miembro nato.
En 2014, recibió un reconocimiento en la Gala del Deporte y la Educación del Ayuntamiento de Tarifa. A pesar de la falta de un reconocimiento público mayor debido a contextos políticos, quienes la conocieron conservarán su recuerdo.
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