Miles de residentes de las zonas de Guadarranque y Puente Mayorga en San Roque, así como Guadacorte, Palmones y Los Cortijillos en Los Barrios, soportan diariamente niveles de contaminación que exceden los límites legales establecidos, sin que se hayan implementado medidas efectivas para evitarlo. La situación, que afecta gravemente la calidad del aire en el arco de la Bahía de Algeciras, ha generado múltiples denuncias de organismos y vecinos ante la inacción de las autoridades.
Con condiciones meteorológicas de viento de levante, las emisiones industriales provenientes de complejos petroquímicos y plantas de asfalto en la región agravan la exposición de la población a un aire "insalubre que supera los límites marcados por la ley", según reportan activistas ambientales y residentes. Las llamadas al Centro de Coordinación de Emergencia se han convertido en una práctica recurrente, aunque persiste la falta de acciones concretas por parte de la Junta de Andalucía para abordar el problema.
Un caso destacado es el de la Estación de Los Barrios, donde se ha denunciado la existencia de una planta de asfalto que operaría de forma irregular. Según Verdemar-Ecologistas en Acción, las emisiones provenientes de este tipo de instalaciones, junto con las del complejo petroquímico, están inundando localidades como Guadarranque, Los Barrios y Algeciras con contaminantes peligrosos. La organización ha llevado el caso ante la justicia, argumentando que estos hechos podrían vulnerar la Convención Europea sobre los Derechos Humanos, que protege el derecho a la vida.
"Son frecuentes los incumplimientos sobre los parámetros que exige la Organización Mundial de la Salud (OMS)", aseguran desde la asociación, que ha solicitado una investigación exhaustiva de los datos recogidos en las estaciones oficiales de medición instaladas en el Campo de Gibraltar. Estos registros incluirían información sobre la calidad del aire y la presencia de diversas sustancias contaminantes.
El impacto de la contaminación atmosférica no se limita a la calidad de vida de los residentes, sino que también tiene consecuencias mortales. Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), en España se producen cada año 30.000 muertes prematuras relacionadas con la contaminación del aire, de las cuales 10.000 ocurren durante episodios de alta contaminación, tal como indica el Instituto de Salud Carlos III. A esto se suma el informe del Banco Mundial, que estima que los costes sanitarios derivados de este problema ascienden a 50.000 millones de dólares anuales, representando el 3,5 % del PIB español. Este cálculo no incluye el impacto sobre los cultivos y ecosistemas naturales.
Ante la gravedad de la situación, las organizaciones ecologistas exigen que la contaminación del aire sea abordada como "un problema de primer orden", apelando a la urgencia de proteger la salud de la población y mitigar los daños al medio ambiente.
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