Los caudales de los ríos Guadiaro y Genal, en las provincias de Málaga y Cádiz, continúan presentando niveles preocupantes, similares a los registrados en épocas previas al verano, a pesar de las lluvias recientes. Esta situación, según denuncian desde Verdemar-Ecologistas en Acción, se agrava debido a la proliferación de cultivos de aguacates en secano, que intensifican el uso de agua y amenazan la sostenibilidad de estos ecosistemas.

La Junta de Andalucía anunció hace un año la inspección de pozos ilegales en estas cuencas, pero "la situación sigue igual o peor". Según los ecologistas, "las ampliaciones de frutos tropicales en secano siguen en aumento y esto va a provocar la muerte de los agricultores tradicionales en el curso bajo de estos ríos", ya que los recursos hídricos están siendo sobreexplotados para regadíos, dejando los ríos sin un caudal ecológico adecuado.

Esta problemática, además de ambiental, tiene implicaciones legales, como se recuerda al citar el artículo 247 del Código Penal, que establece: "El que, sin hallarse autorizado, distrajere las aguas de uso público o privativo de su curso, o de su embalse natural o artificial, será castigado con la pena de multa de tres a seis meses". Verdemar-Ecologistas en Acción señala que "la Junta de Andalucía es cómplice de este desastre ambiental" y asegura que el desvío de agua equivale al consumo de 50.000 personas al año.

En un contexto de creciente preocupación, se denunciaron cientos de pozos ilegales en la zona, utilizados para riegos intensivos de cultivos tropicales, piscinas y jardines. Muchos de estos pozos se localizan en la Zona de Especial Conservación del Guadiaro y Hozgarganta (ES6170031). "El río Guadiaro y sus afluentes ya no se recuperan por la sobreexplotación de sus aguas", lamentan desde la organización, que detalla cómo el curso del río Genal ha sido alterado por estas extracciones. La situación es tan crítica que, cuando el Guadiaro conecta con el Genal, "circula en sentido contrario y en vez de seguir su camino al mar va hacia el nacimiento del Genal rellenando el acuífero sobreexplotado".

El aumento de cultivos subtropicales en la zona baja del Genal, que abarca más de 500 hectáreas, ha generado una demanda adicional de más de 500 litros por segundo, lo que ha provocado una disminución notable en los caudales de la zona de confluencia con el Guadiaro y un descenso en el nivel freático. Estas prácticas no solo afectan el caudal de los ríos, sino también el equilibrio ecológico y la disponibilidad de agua para usos tradicionales y sostenibles en la región.

Ante esta situación, los ecologistas han anunciado que continuarán sus denuncias ante los estamentos correspondientes, acusando a la administración de incumplir la Ley de Transparencia al no responder a sus reclamaciones.

 


 

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