La dirección nacional de VOX exige, al que hasta ayer fuera portavoz del Grupo Municipal VOX en Sanlúcar, que sea coherente con su discurso y devuelva el acta que consiguió gracias a estar bajo el paraguas de la marca VOX.
Cabe recordar que Ayala ya faltó al artículo 9.5 de nuestros estatutos que recogen que la pérdida de afiliación por su conducta al manifestar discrepancias graves en público o en privado, cuando el pasado mes de febrero formó parte de la candidatura alternativa a Santiago Abascal y realizó graves acusaciones contra nuestra formación en redes sociales y medios de comunicación.
“La decisión tomada por el concejal tránsfuga en el ayuntamiento de Sanlúcar, no nos ha sorprendido, ya que siempre se ha caracterizado por ser una persona indisciplinada, pusilánime, desleal, de discurso fácil en las redes sociales pero que a la hora de trabajar por la ciudad y por nuestra formación ha mostrado siempre uno de los más bajos rendimientos como representante electo, de hecho, ha sido uno de los grupos municipales de la provincia que menor actividad ha tenido durante el período que llevamos de legislatura”, aseguran desde fuentes de VOX.
Entendemos que los malos resultados electorales obtenidos por la candidatura de Ramón Aumesquet, a quién el hasta ahora concejal de VOX había dado su apoyo, haya desatado el carácter arribista, chabacano y prepotente de Ayala, y le haya llevado a tomar esta decisión eligiendo huir de un proyecto para el que no ha estado a la altura, y en el que sus ansias de poder y protagonismo lo han hecho caer en tal desleal comportamiento.
Lo de Martínez Ayala ha sido una huida en toda regla para evitar el grave expediente disciplinario que se le venía encima, por la gran cantidad de incumplimientos de los que ha sido protagonista en los últimos meses, que han llevado a la formación de Sanlúcar a un estado de abandono, y ante el que la gestora se vio obligada a actuar, nombrando como coordinadora local a María del Carmen Infantes, para frenar la erosión que su comportamiento estaba generando entre afiliados, simpatizantes y votantes de la localidad.
Con su comportamiento, Ayala ha dejado latente su falta de compromiso no solo hacia sus compañeros de partido, sino ante un electorado que le dio su confianza no por su currículum personal, ni por ser un vecino influyente de una ciudad a la que había llegado hacía escasamente un par de años, sino por estar amparado en las siglas de VOX.
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