Un avión privado que despejó del Aeropuerto de Jerez de la Frontera ha terminado estrellándose en el Mar Báltico en la tarde de este domingo 4 de septiembre de 2022 por causas que se desconocen.
El avión tenía previsto volar a la ciudad alemana de Colonia y a los pocos minutos del despegue el piloto ya informó que había un posible problema de despresurización de la cabina, según la información facilitada por German Bild.
La aeronave se desvió de su trayectoria, entrando en espacio aéreo danés alemán y obligando a cazas del ejército de ambos países a realizar un seguimiento aéreo de escolta con identificación, no logrando ver a nadie en la cabina, uniéndose en el dispositivo un helicóptero de rescate sueco y un avión de la Guardia Costera sueca.
Tras ser interceptado en el aire, el avión comenzó a perder altitud, pasando en pocos minutos desde los 11.000 a los 5.000 metros, reportándose su caída al mar en las inmediaciones de la ciudad den Ventspils, en Letonia.
La Guardia Costera sueca ha informado a través de su responsable de prensa, Johan Wahlstrom de las labores realizadas, así como de la localización de una mancha de aceite y restos de una avioneta en el lugar donde presumiblemente se estrelló la aeronave.
Según las primeras informaciones, a bordo iban además del piloto, una mujer, un hombre y una joven. El piloto, según ha informado Diario de Jerez, era K.P. Grisemann, dueño de la empresa Quick Air con sede en Colonia y que cuenta con casa en Zahara de los Atunes, viajando junto a él su mujer y sus dos hijos.
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