La empresa Coplaga, concesionaria del Ayuntamiento de San Roque para la lucha contra las plagas, ha dado inicio a un tratamiento de endoterapia en pinos repartidos por distintos espacios públicos del municipio. Estos incluyen colegios, plazas y parques. Esta estrategia ha demostrado ser eficaz en los años anteriores, consiguiendo una disminución significativa de la presencia en primavera de la oruga procesionaria, conocida por causar molestias tanto a personas como a mascotas.
La Delegación de Salud, bajo la supervisión de la concejal Rocío Fernández, confía cada otoño en Coplaga para llevar a cabo esta campaña de endoterapia. A menudo, esta se complementa con fumigaciones en los primeros meses del año. Gracias a estas medidas, la aparición de estos insectos en espacios públicos ha sido esporádica en primavera, en marcado contraste con lo vivido hace apenas seis o siete años, periodo en el que causaban numerosos inconvenientes, en particular en los colegios.
El pasado viernes, este tratamiento, que implica una inyección en el tronco de cada pino, se aplicó en los ejemplares situados en el Mirador de los Cañones. La intervención se extenderá a los aproximadamente 300 pinos situados en colegios, parques y otras áreas verdes del municipio.
La endoterapia trabaja inyectando una sustancia en el pino que elimina la procesionaria antes de que esta salga del suelo y suba a los árboles para crear los característicos bolsones. Este proceso suele ocurrir entre enero y marzo, según las condiciones climáticas. Sin embargo, en los primeros meses del año venidero, se llevarán a cabo fumigaciones donde se detecten larvas, y también se procederá a la retirada de los bolsones. Experiencias pasadas revelan que la reducción de casos puede alcanzar hasta un 90%.
Es importante recalcar que la oruga procesionaria no solo perjudica a los pinos. Estos insectos están cubiertos de filamentos urticantes que pueden irritar la piel humana, ya sea por contacto directo o por cerdas que se desprenden y son transportadas por el viento. Estas molestias pueden persistir incluso después de erradicar las orugas, debido a que sus cerdas pueden continuar flotando en el ambiente.
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