Un reciente informe de Feragua, elaborado con la colaboración de San Telmo Business School y patrocinado por Magtel, ha puesto en evidencia una preocupante proyección para la Cuenca del Guadalete-Barbate: un incremento de más del 130% en su déficit hídrico si no se adoptan medidas adicionales a las ya contempladas en la actual planificación hidrológica.
Según el estudio, presentado durante la ‘Jornada sobre el agua y la agricultura en Andalucía’, en solo tres lustros, la falta de recursos hídricos en esta cuenca andaluza podría pasar de 6,18 a 14,28 hectómetros cúbicos. Este alarmante aumento se debe a la incidencia del cambio climático y el creciente requerimiento de agua para satisfacer la demanda ambiental.
El informe resalta que, a diferencia de la Cuenca Mediterránea Andaluza, que lograría revertir su déficit actual gracias a inversiones en desalación y regeneración, las cuencas del Guadalete-Barbate y otras andaluzas enfrentan un futuro incierto. Esta situación amenaza no solo el equilibrio ambiental, sino también la viabilidad del sector agroalimentario andaluz, uno de los pilares económicos de la región.
El sector agroalimentario de Andalucía, que representa un volumen de negocio cercano a los 19.440 millones de euros, podría verse seriamente afectado por esta escasez de agua. Además, la falta de recursos hídricos no solo comprometería las ventas de productos agrícolas, que superaron los 14.000 millones en 2022, sino también el superávit comercial de la región y el equilibrio poblacional de las zonas rurales.
El estudio subraya la necesidad de realizar inversiones para corregir esta tendencia negativa y abogar por un mix hídrico diversificado, que incluya recursos superficiales, subterráneos, trasvasados, de regeneración y desalación. Estas medidas se consideran esenciales para garantizar el suministro de agua necesario para atender a las demandas actuales y futuras, especialmente en tiempos de sequía.
Asimismo, se enfatiza en la importancia de renovar las infraestructuras del ciclo urbano del agua para reducir pérdidas y fugas, y de fomentar la digitalización en el sector del agua. Esto permitiría un control más detallado de las extracciones y promovería un uso más eficiente y sostenible del recurso hídrico.
Francisco Carrasco, responsable técnico de Feragua, concluyó la presentación del informe destacando la relevancia de integrar la tecnología, la I+D+i y la biotecnología en la agricultura del regadío, buscando soluciones cada vez más eficientes en el uso del agua y sostenibles con el medio ambiente. Este enfoque ayudaría a fortalecer el sector agroalimentario andaluz ante futuros escenarios de escasez de agua o incremento de precios, garantizando así la soberanía y seguridad alimentaria de la región.
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