La preocupación crece en Chipiona ante la inminente bajada de la oruga procesionaria desde sus nidos hasta el suelo, un fenómeno que aumenta con las temperaturas y representa un riesgo para humanos y animales. En respuesta, la Delegación de Educación del Ayuntamiento de Chipiona ha solicitado a la Delegación de Medio Ambiente la implementación de medidas urgentes para combatir esta plaga en dos centros educativos locales: los colegios de Infantil y Primaria Príncipe Felipe y Lapachar.
Los recintos mencionados, caracterizados por tener pinos piñoneros en su arboleda, están siendo objeto de una intensa fumigación esta semana. La operación está a cargo de la Brigada de Medio Ambiente, utilizando productos fitosanitarios autorizados y bajo la supervisión de la Oficina Técnica del Área, liderada por Tano Guzmán.
El delegado de Medio Ambiente ha resaltado la importancia de esta intervención, afirmando que “en cuanto se tuvo conocimiento se priorizó, como no podía ser de otra manera, la realización de este trabajo que, a buen seguro, evitará situaciones peligrosas a todo el alumnado y profesorado”. Esta declaración subraya el compromiso del Ayuntamiento con la seguridad y el bienestar de la comunidad educativa.
La oruga procesionaria, conocida por formar largas hileras, representa una amenaza creciente en el entorno urbano y natural. Durante el invierno, estas larvas se agrupan en bolsones visibles en los árboles, y con la llegada de febrero, inician su descenso. Este proceso, que tradicionalmente ocurría entre abril y mayo, se ha adelantado debido a las suaves temperaturas de los últimos inviernos, un cambio atribuible al cambio climático.
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