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La segunda carrera de autos locos en Medina Sidonia se vio marcada por un incidente inesperado. Durante la celebración, un agente de la Policía Local resultó lesionado tras el accidente de uno de los 40 prototipos participantes. El suceso ocurrió cerca del Arco de la Pastora, donde el vehículo perdió el control y colisionó con el agente, quien sufrió una fisura parcial del peroné y fue evacuado al hospital de Puerto Real para recibir atención médica.

A pesar de este percance, el evento continuó desarrollándose con un espíritu festivo, atrayendo a cientos de espectadores. La organización, liderada por la Asociación Cultural Deportiva 'El Cerníkalo' y el Comando Alpaca, junto con la colaboración de la Policía Local, Guardia Civil, Cruz Roja, Protección Civil y Seguridad Privada, fue clave para garantizar la seguridad y el buen desarrollo de la carrera.

El concejal de Fiestas, José María Bancalero, resaltó la importancia del evento para la localidad y agradeció a todos los participantes y colaboradores su contribución al éxito de la jornada. Los premios otorgados reflejaron la creatividad y el entusiasmo de los competidores, celebrando el ingenio y la originalidad de los autos locos.

Sin embargo, el tono del evento cambió con la publicación de una emotiva carta de Miguel Ángel Jiménez, agente de la Policía Nacional y conductor del auto implicado en el accidente. Jiménez expresó su pesar y preocupación por el incidente, especialmente al tratarse de un conocido y amigo personal. En sus palabras, "Me puede más saber que hay una persona con una microrotura en la parte posterior del tobillo". Esta declaración refleja la profundidad de su preocupación y su conexión personal con el agente afectado.

En la carta, Jiménez se sumerge en una autocrítica constructiva sobre la seguridad y organización del evento, destacando la importancia de la prevención y la planificación en este tipo de actividades. "No somos ingenieros, somos dos amigos que hacen un coche en un garaje entre risas y familiares", comenta, subrayando la naturaleza amateur y comunitaria de la competición. A pesar de la informalidad en la construcción de los vehículos, reconoce la necesidad de garantizar la seguridad: "En aquella zona no debía de haber nadie, un uniforme no es un escudo ni una armadura".

Jiménez cuestiona el diseño del dispositivo de seguridad, sugiriendo que la presencia de agentes dentro del circuito fue un error. "Si allí había un agente porque así lo disponía el dispositivo de seguridad, pues estaba mal diseñado ese dispositivo", argumenta, proponiendo una revisión y mejora de las medidas de seguridad para futuras ediciones.

La carta no solo sirve como una expresión de arrepentimiento y solidaridad, sino también como un llamado a la reflexión sobre la responsabilidad colectiva en la organización de eventos públicos. Jiménez se ofrece a colaborar con los organizadores en el futuro, enfatizando su deseo de contribuir al éxito continuo de la carrera de autos locos a partir de la próxima tercera edición.

 


 

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