Los vecinos de la calle Mateo de Alba en Cádiz han expresado su creciente preocupación ante la persistente plaga de palomas que afecta la zona, debido a la práctica de un vecino del número 3, quien alimenta a estas aves desde su azotea. Esta situación ha provocado una acumulación constante de excrementos en balcones y azoteas, dificultando la vida diaria de los residentes.
A pesar de que la primera denuncia formal fue realizada hace casi un año, el problema sigue sin solucionarse. Según los vecinos, las palomas se posan en las fincas de enfrente, esperando a que el mencionado vecino salga de un cuarto lavadero antiguo en la azotea, cargado con un cubo de comida. Este comportamiento ha convertido la zona en un punto de atracción para las aves, agravando la situación.
Además de las palomas, los vecinos también mencionan la presencia de gaviotas, lo que ha incrementado la molestia y el deterioro de la calidad de vida en las fincas 2, 4 y 6 de la misma calle, así como en el lateral del número 59 de la calle Sagasta. A pesar de las medidas individuales que han tomado, como la instalación de pinchos en cornisas y plásticos en los cordeles, la magnitud del problema sigue en aumento, obligándolos a limpiar constantemente sus propiedades.
Los afectados han reiterado su llamamiento a las autoridades municipales para que se tomen medidas urgentes, pues consideran que la situación es ya "desesperante" y están al límite de su paciencia.
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