Una capa de humo ha teñido el cielo de la ciudad de Cádiz de un tono gris, un fenómeno que ha causado sorpresa y preocupación entre sus habitantes. Sin embargo, la fuente de este humo no se encuentra cerca, sino a miles de kilómetros de distancia: los incendios forestales que están devastando Canadá.
La ciudad, conocida por sus cielos azules y claros, ha experimentado un cambio en el panorama a medida que la nube de humo de los incendios canadienses se ha extendido por el cielo. Este fenómeno se debe a las corrientes de aire que, viajando desde el oeste, han arrastrado el humo a lo largo de un viaje de casi 7.000 kilómetros hasta llegar a Cádiz.
Aunque puede parecer extraordinario que el humo de un incendio tan lejano pueda llegar a Cádiz, los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) señalan que es un fenómeno bastante común. Los vientos procedentes del oeste históricamente han sido la ruta de los barcos españoles que regresaban de América. En este caso, un potente anticiclón, responsable de las recientes altas temperaturas en la región, ha favorecido la llegada del hollín en suspensión hasta la península ibérica.
A pesar de la visibilidad del humo, la Aemet ha asegurado a los gaditanos que no debería tener incidencia alguna en la calidad del aire ni resultar perjudicial para la salud de las personas. El humo está presente en alturas elevadas de la atmósfera y no a nivel de respiración humana.
El delegado territorial de Aemet en Andalucía, Juan de Dios del Pino, pronostica que el cielo de Cádiz permanecerá cubierto durante la jornada de este miércoles, con la posibilidad de que el humo se disperse gradualmente a lo largo del jueves.
El humo podría incluso tener un efecto atenuante sobre las altas temperaturas previstas, proporcionando un ligero respiro del calor sofocante que ha estado plagando a Cádiz y el resto de Andalucía en los últimos días.
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