Más de 2.000 personas sufren cada año un ictus en la provincia de Cádiz, lo que la convierte en una de las enfermedades cerebrovasculares más comunes a nivel mundial. En esta zona, la incidencia del ictus alcanza los 200 casos por cada 100.000 habitantes al año, con una prevalencia de 8 casos por cada 1.000 habitantes. La estenosis carotídea, que es uno de los factores de riesgo más relevantes para los ictus, es responsable del 15-30% de estos episodios. Esta afección implica el estrechamiento de las arterias principales que suministran sangre al cerebro, pudiendo llevar a la obstrucción completa si no se trata.
El origen de este estrechamiento se debe, en la mayoría de los casos, a la acumulación de colesterol y grasa en las capas internas de las arterias, un proceso conocido como formación de placa de ateroma. Este problema de salud suele estar relacionado con hábitos de vida poco saludables, que con el tiempo incrementan el riesgo de sufrir un ictus.
En el marco del Día Mundial del Ictus, que se celebrará el próximo martes 29 de octubre de 2024, la Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular ha emitido una serie de recomendaciones para reducir el riesgo de desarrollar estenosis carotídea. Estas recomendaciones incluyen adoptar un estilo de vida saludable, con medidas tales como seguir una dieta baja en sal, grasas, colesterol y sodio, practicar actividad física regular de al menos 30 minutos diarios durante 3 a 5 días a la semana, dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol, y mantener bajo control la tensión arterial y los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes.
Además, la Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular destaca que existen diferentes tratamientos para la estenosis carotídea según la gravedad de la enfermedad. Para casos leves a moderados sin síntomas, el tratamiento consiste en medicamentos antiagregantes plaquetarios y fármacos para reducir el colesterol, combinados con hábitos de vida saludables. En casos moderados a severos, especialmente cuando ya se han manifestado síntomas, se opta por tratamientos quirúrgicos, como la endarterectomía carotídea o la colocación de un stent mediante un procedimiento endovascular. En cualquier etapa de la enfermedad, el ácido acetilsalicílico en dosis de 75 a 325 mg diarios es considerado el fármaco preferido para la prevención de ictus.
Actualmente, el ictus representa la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres en España, siendo responsable del 10% de las muertes totales (13% en mujeres y 8% en hombres). En Andalucía, donde la mortalidad por ictus es la más alta de todo el país, más de 17.000 personas sufren un ictus cada año. Esto se traduce en que uno de cada cuatro andaluces experimentará un ictus a lo largo de su vida. Según la Organización Mundial de la Salud, se prevé que la incidencia de ictus aumente un 27% para el año 2025, a medida que la población envejece.
En todo el territorio español, aproximadamente 120.000 personas sufren un ictus cada año, de las cuales 18.000 fallecen. Aunque la mayoría de los casos afectan a personas mayores de 65 años, el 15-20% de los episodios ocurren en menores de 45 años, atribuible a hábitos de vida poco saludables que adoptan adultos jóvenes.
El ictus no solo tiene un impacto considerable en la mortalidad, sino que también es la principal causa de invalidez permanente en la población adulta, representando un coste sociosanitario anual en Andalucía de aproximadamente 1.000 millones de euros.
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