El XXXII Encuentro Diocesano de Oración se celebró el pasado sábado en la Parroquia San José Artesano, en San Fernando, reuniendo a un centenar de personas de diversas comunidades de la diócesis. Con el lema 'La Eucaristía, Fuente de Vida', la jornada se enmarcó en el contexto del Año Diocesano de la Eucaristía, convocando a cinco sacerdotes y a fieles de distintas localidades. Durante el evento, los jóvenes de la parroquia aprovecharon la ocasión para instalar una cafetería con el objetivo de recaudar fondos y asistir al Jubileo 2025 en Roma.
La jornada comenzó con la celebración de la Santa Eucaristía y el rezo de Laudes, acto presidido por el padre Lázaro Albar y concelebrado por el padre Daniel Gutiérrez y el padre Mario Luis Armario, mientras la Fraternidad Velad y Orad animó el canto. La homilía abordó temas como el ser "profetas de oración", tocando el cielo a través de la oración y siguiendo el Evangelio hacia la conversión y la caridad. El padre Lázaro también resaltó tres características de la oración cristiana: es un encuentro con Dios, tiene poder transformador y abre al amor.
Al término de la misa, el padre Daniel expuso el Santísimo y se realizó una procesión al Salón Rojo, acompañada de cantos liderados por el padre Mario y el grupo de Renovación Carismática. En este salón tuvieron lugar las intervenciones de distintos grupos dedicados a la oración, basadas en el discurso del Pan de Vida de Jesús en la sinagoga de Cafarnaún. En este momento de la jornada se unió el padre Francisco Jesús Núñez, párroco de San Servando y San Germán, también de San Fernando.
Más tarde, se desarrollaron diversos talleres de oración y vida, iniciando con un relato de la Última Cena del 'Pobre de Nazaret' del padre Ignacio Larrañaga. Los participantes experimentaron el silenciamiento, la oración auditiva, y ofrecieron adoración y acción de gracias por la presencia de Cristo en la Eucaristía. Los temas tratados incluían pedir el pan de cada día, la humildad y la sencillez, así como la unidad y la comunión.
La Fraternidad Velad y Orad presentó un espacio de oración contemplativa centrada en la frase "Yo soy el Pan vivo bajado del cielo". Invocaron la presencia del Espíritu Santo y compartieron la experiencia de comunión en la Iglesia. El grupo invitó a los asistentes a un momento de reflexión con Cristo en la Eucaristía, alentándolos a encontrar consuelo y paz en su presencia.
Por su parte, la Renovación Carismática animó los cantos de alabanza, gloria y adoración, utilizando el don de lenguas y cánticos como "Majestad", resaltando la relación del "corazón con corazón" de los fieles con el Padre. El grupo enfatizó la fe, la esperanza y el amor, y oraron para fortalecer el vínculo con la Eucaristía.
La Orden Carmelita Seglar presentó los temas basados en el concepto "El que coma de este pan vivirá para siempre", agradeciendo la oportunidad de reflexionar sobre la Eucaristía y la vida eterna con el Padre. Citaron las palabras de Santa Teresa en torno al Padrenuestro y recalcaron la importancia de beber del "Manantial de la Vida" para nutrir el amor y el servicio a los demás.
El evento concluyó con las aportaciones de los Grupos de Oración Teresiana, que expusieron la perspectiva de Santa Teresa sobre la Eucaristía, la comunión como matrimonio espiritual y la transformación del alma en presencia de Cristo. En este sentido, señalaron que la Eucaristía es una manifestación concreta del amor de Dios y una fuente de fortaleza para vivir en caridad y entrega hacia los demás.
El XXXII Encuentro Diocesano de Oración finalizó con la bendición del Santísimo y su reserva, seguido de un almuerzo fraterno donde la Fraternidad Velad y Orad se reunió con algunos invitados para reflexionar sobre la jornada.
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