La Junta de Andalucía ha puesto en marcha un operativo de control aéreo de la procesionaria del pino en diversas provincias, incluyendo la provincia de Cádiz, como parte de su campaña anual contra esta plaga. Este esfuerzo, coordinado por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, forma parte del Plan de Lucha Integrada, cuyo objetivo es mantener el equilibrio biológico de los pinares andaluces, afectado por la procesionaria, un insecto defoliador endémico en la región.
El tratamiento aéreo contra la procesionaria abarca un total de 14.295 hectáreas de pinar en Andalucía, de las cuales 102,42 hectáreas se encuentran en la provincia de Cádiz. La actuación de control se realiza tras una exhaustiva monitorización del estado fitosanitario de los pinares en más de 800.000 hectáreas, que ha revelado las zonas críticas para el tratamiento. En el caso de la procesionaria, la alimentación de sus larvas debilita a los pinos al provocar la pérdida de acículas, y su carácter urticante representa un riesgo para animales y personas, afectando tanto a los aprovechamientos forestales como al uso social de estos espacios.
La implementación del tratamiento se apoya en la aplicación de un agente biológico, Bacillus thuringiensis, en suspensión acuosa y a ultrabajo volumen, con el fin de minimizar el impacto sobre otros elementos del entorno y la fauna auxiliar. Este enfoque específico, bajo supervisión de técnicos de la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad, garantiza una aplicación precisa, adaptada a las condiciones ambientales en cada vuelo.
Además, la Junta ha desarrollado la herramienta informática ‘Coplas’ para el seguimiento de los tratamientos aéreos. Este sistema permite monitorizar en tiempo real las aeronaves mediante dispositivos GPS, registrando la ruta y el caudal de producto vertido, facilitando así un análisis detallado de las áreas tratadas y la cobertura alcanzada.
La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, subrayó el enfoque ‘One Health’ o ‘Una sola salud’, que integra el bienestar de personas, animales y ecosistemas en la gestión de las masas forestales de Andalucía. En una entrevista reciente, abordó la adaptación de estos recursos frente a los desafíos del cambio climático y alertó sobre enfermedades como el virus del Nilo o el dengue, que podrían “convertirse en endémicas”, destacando que se requiere aprender a convivir con ellas.
En este contexto, García enfatizó que “con la futura Ley de Montes y el Plan Forestal Andaluz 2030, estamos poniendo en marcha medidas concretas para mitigar estos efectos y promover la adaptación de nuestros bosques, esenciales para el equilibrio de la biodiversidad y la salud pública”.
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