Nadie está exento de padecer algún tipo de problema de salud mental a lo largo de su vida o la de las personas de su entorno cercano, de hecho, en España 1 de cada 4 persona tiene o tendrá algún tipo de problema de salud mental a lo largo de su vida, lo que equivale a afirmar, que la salud mental afecta a un 25% de la población española.
Los problemas de salud mental afectan a muchas familias, como la de Marivi, que hace 20 años se convertía en el pilar fundamental de la vida de su segundo hijo, que con cinco años de edad fue diagnosticado con trastorno de espectro autista y cuadro depresivo.
No le cogió de sorpresa, ya que por su experiencia con su primera hija, algo en su interior le hacía sospechar que algo no iba bien en el desarrollo de su niño, y no se equivocaba, cuando su hijo cumplió 5 años en el colegio público donde estaba escolarizado le alertaron de que algo no iba como debía, y ahí empezó una dura aventura por buscar soluciones, por buscar fórmulas, atención, terapias, profesionales, cualquier clavo al que agarrarse para poder ayudar a lo más grande que tiene una madre: sus hijos.
Desde entonces, Marivi, forma parte de ese 88% de personas cuidadoras a las que las estadísticas llaman “informales”, son las madres, padres y familiares que luchan contra los elementos para mejorar la calidad de vida de esa persona querida que ha de lidiar con algún tipo de problema de salud mental: Ansiedad, trastornos del sueño, depresión, trastornos de la personalidad, por somatización, anorexia nerviosa, tartamudeo, disfemia espasmódica, tics, fobias, trastorno obsesivo compulsivo, psicosis afectivas, esquizofrenia, psicosis no especificadas, psicosis orgánicas, trastornos de la memoria, demencia, problemas específicos del aprendizaje, problemas de conducta alimentaria, enuresis o trastornos hipercinéticos.
Un amplio catálogo de palabros para definir diferentes problemas con un denominador común: la salud mental. Y es que en pleno siglo XXI los problemas de salud mental siguen siendo grandes desconocidos para una buena parte de la sociedad y en muchas ocasiones son considerados tabú por el rechazo que su conocimiento provoca.
“Decimos con normalidad que tenemos cita en el dentista, en el ginecólogo o en el pediatra, pero pocas personas son las que se atreven a reconocer que han necesitado ayuda de un psicólogo o de un profesional de la psiquiatría, sigue siendo un tema tabú, aunque algo hayamos avanzado”, nos comenta Marivi durante la entrevista.
“Mi hijo me ha enseñado a disfrutar de los días buenos, a aprender a sufrir los días malos y sobre todo a vivir el día a día”, nos relata esta madre a la que no le da miedo dar la cara y hablar abiertamente de la situación que vive.
“Lo peor es la adolescencia, con diferencia es la peor etapa. Si ya es dura para los niños y niñas que no tienen diferentes capacidades, imagínate para un niño con una enfermedad mental, ahí realmente es cuando más he sufrido, cuando peor lo he pasado, porque no hay nada más duro que ver a tu hijo internado en un ala de salud mental de un hospital, esa experiencia no se la deseo a nadie”, nos comenta mientras su cara muestra la satisfacción por la etapa superada y la huella del dolor vivido.
Ha pasado casi una década de aquellos duros momentos y pide a Dios no tener que volver a verse en esa situación, porque teme una recaída que le lleve a la planta de salud mental del hospital de Puerto Real, no por los profesionales que allí trabajan, para los que solo tiene buenas palabras, sino porque debido a la falta de recursos materiales y humanos, en la misma planta conviven el Asperger con la ezquizofrenia, la bulimia y la anorexia, y no permite a los profesionales poder dedicar el tiempo adecuado de evaluación y seguimiento que necesita cada persona que está ingresada allí.
Pero no todo son sombras en su vida, hay una persona que les aporta mucha luz, que apareció en el momento que la familia necesitaba más ayuda y que es un sostén en sus momentos bajos, se trata del psiquiatra que atiende y valora regularmente el estado de salud de su hijo en el hospital público de San Carlos, “es un ángel, ha sido la salvación de mi familia” destaca esta madre mientras que el agradecimiento ilumina su cara hablando de este profesional.
Y es que encontrar un buen psiquiatra no es fácil, no porque no los haya, sino porque España, actualmente, solo cuenta con 4.393 psiquiatras en la red pública de atención a la salud mental, lo que supone una ratio de 9,27 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de otros países de la Unión Europea como Alemania con 28 profesionales por cada 100.000 habitantes, Noruega (26) o Francia (23), según los datos publicados por la Sociedad Española de Psiquiatría en junio de 2023.
Para mejorar esta ratio se necesitaría que se incorporen entre 370 y 565 psiquiatras al año durante los próximos 5 años, manteniendo constante el número de especialistas en formación, para alcanzar en el próximo lustro ratios óptimas de entre 13 y 15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes”.
En Andalucía, los datos son aún más graves, ya que el número de profesionales de la psiquiatría es de 6,2, tres puntos por debajo de la media nacional muy por debajo de País Vasco (15) o Cataluña (13,3).
Además, desde la Sociedad Española de Psiquiatría se considera indispensable crear el título de médico especialista en psiquiatría infantil y de la adolescencia, porque con esta nueva figura, podrían recibir mejor atención, casos como el del hijo de Marivi, y el de otros muchos jóvenes que tienen que lidiar con problemas de salud mental.
Jóvenes que siguen siendo “los raritos del colegio”, que sufren aislamiento social, e incluso el rechazo de sus compañeros y que no solo necesitan mejor atención médica sino una sociedad más empática que entienda que la salud mental nos afecta a todos y que cualquiera puede sufrir uno de estos problemas en primera persona o en su entorno.
De ahí la importancia de visibilizar y poner cara a las personas que cada día lidian con problemas de salud mental en sus hogares, personas normales y corrientes como Marivi que lleva 20 años luchando por dar una vida mejor a su hijo, no solo hoy que conmemoramos la efeméride, sino todos los días del año, las 24 horas del día.